CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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11 de febrero
Enlazamiento de Tradiciones Hermanas del 11 de febrero. Mago 2 y Mano 7.
Aparecen los tonos 2 y 7. El tono 2 es hablar del otr@, que es hablar de ti, porque toda persona necesita al otr@. La vida no tiene sentido sin el otr@, e incluso la relación con dimensiones superiores es la relación con lo otro, con otr@.

El ser humano, como el UNO o gran uno, muestra la necesidad y la importancia de otr@. La persona, incluso en su aislamiento voluntario o involuntario, está permanentemente conectada con lo otr@, de forma no visible.
Eso lo saben muy bien las personas que por algún motivo han estado sometidas a aislamiento. La conexión telepática en el aislamiento es mucho más activa, tanto que por momentos se puede concretizar en figuras visibles -tal vez visibles con escáneres espirituales, pero realmente visibles, como puede ser comprobado fácilmente en esas condiciones, claro que “fácilmente” significa no ver a nadie durante mucho tiempo, lo cual es extrañamente una forma de ser fácil, más bien casi imposible, a no ser que sea obligatorio. Es decir, tienen que aparecer los ángeles maestros de la iniciación, y eso sucede, pero en su orden-.

Hoy nos encontramos con el 2 con gran fuerza. ¿Quién es el otro?, ¿Qué es lo otro?
También podemos preguntarnos ¿quieres ser siempre el uno?, ¿necesitas ser tú el protagonista para sentir que estás vivo?
Deja espacio. Párate. Adéntrate en la creación del espacio, como Atlas. Se atlante creando espacios, para que el otro sea protagonista.

Sí, claro, estamos hablando del 2, que hoy se presenta como un mago. Bueno, cuando eres un mago desde el otro, eres un caminante del cielo, Aj (el mago 2 pertenece a la onda del caminante del cielo).
El Aj se asocia con la caña, el árbol y el hacer, que curiosamente también es manik-mano en esa mezcla de idiomas. Pero el hacer del Aj es un hacer sabio. El Aj está asociado a un saber hacer, y lo encontramos en el sol (Ajpu), en el guerrero (Ajmaq) y en el caminante del cielo (Aj): saber hacer el cielo, saber hacer la luz, o sea iluminar, y saber expandir la conciencia, que es crear espacios para el otro.

El caminante del cielo como onda se desenvuelve junto al guerrero, y el guerrero con el caminante del cielo. Eso es lo que estamos viendo hoy; de hecho en un hoy amplio, porque va a ser el transcurso de los próximos 10 o 12 días, ya que está desarrollándose la onda del caminante del cielo y de forma oculta la onda del guerrero.
Tenemos al mago 2, pero también la mano en tono 12, que es su oculto; el mago 2 es el desarrollo del caminante del cielo y la mano 12 el de la onda del guerrero.

Desde la otra propuesta tenemos a la mano 7. Cuando el caminante del cielo, que significa el árbol y el saber hacer, te sitúa como el otro creando espacio, aparece en la otra tradición como mano 7, canalizando el saber hacer.

El canalizar o saber hacer de la mano 7 está entre un 12 y un 2, porque su origen es la tormenta con fuerza 12, colaborando con todo lo existente aportando ese extra de fuerza y energía que permite la resurrección por saturación energética. Te lleva a su destino, que es ser un mago, porque el águila 2 es donde se sitúa el mago como otro. El mago es el propósito del águila 2, de modo que cuando el mago se coloca como otro, con su mirar y su ver, abre espacio para ti.

Esto es la música del 2 y del 12, del 12 y del 2. Colócate en el otro creando espacios. Como mago lo haces desde el ver, pero cuando eres un mago la realidad que creas es la del caminante del cielo, activando una vibración corpórea de gozo y plenitud.

Sitúate en el Aj, en el espacio entre el Aj y el Ajmak. Es como situarte en esa frontera que se abre entre el 16 y el 17, donde el 17 es el inicio del castillo verde. Al abrir espacios desde el voluntario, abres el espacio de lo óptimo y el territorio de la bienaventuranza.
Bienaventurado el otro que crea espacio, porque entra en el cielo, deshace los hechizos y salda las deudas.

Gracias a las hormigas en su trajín por la tierra; gracias a los pájaros en su trajín por el cielo; a los astros por el espacio y a los seres microscópicos que bailan con las partículas subatómicas; gracias a las montañas y a las ramas rotas.
Bendición.